A veces sentimos que “tener estilo” es algo muy lejano, como si se tratara de una virtud reservada para algunas pocas personas que nacieron con la bendición de saber vestirse bien. Pero lo cierto es que el estilo personal es algo que cada una de nosotras puede ir descubriendo, creando y modificando a lo largo de su vida.
”Estilo personal es curiosidad sobre uno mismo” dice la genial Iris Apfel y no puede estar más en lo cierto. Las claves para identificar tu estilo no están en el afuera, en la tendencia, en lo que “se usa” sino que las encontrás cuando buscás hacia dentro de ti. ¿Qué colores, cortes y texturas son las que más te gustan? Cuando entrás a una tienda, ¿qué prendas son las que llaman primero tu atención? ¿Identificás algunas prendas en especial que sean “re vos”? En las respuestas a estas preguntas habrá varias pistas que te ayuden a identificar tu estilo más auténtico.
El problema surge cuando entran en juego lo que me gusta llamar como #kriptonitasdelestilo. Y por esto me refiero a esos pensamientos muchas veces limitantes como: “seguro me queda horrible”, “¿será que ya no tengo edad para usarlo?”, “¿qué van a pensar los demás si voy así vestida?”. Y no es que estos pensamientos per se estén mal, el tema es cuando permanentemente los priorizamos al momento de elegir qué nos vamos a poner. Así terminamos recurriendo al color negro porque adelgaza, a lo “clásico” porque es “elegante” y a lo que uso siempre porque “voy a lo seguro”. ¿Y nuestro estilo personal donde queda en todo esto?.
Para vestirnos felices primero que nada deberíamos buscar vestirnos con ropa que nos cope y nos inspire. Es por eso que las invito a que ante todo conecten con su estilo personal, y que lo redescubran desde una perspectiva libre de prejuicios. No olvides la ley primera: si algo te encanta, usalo. Y recordá que tu superpoder es ser vos misma, no dejes que las #kriptonitasdelestilo te lo roben.